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martes 16, abril 2024

Perspectivas de las energías renovables en 2023

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Incrementar la participación de las energías renovables en el SENI será vital para que la República Dominicana cumpla con su meta de que el 25 % del consumo de energía sea renovable para el 2025.

Las energías renovables son un pilar y un recurso fundamental para el desarrollo sostenible y la lucha contra el cambio climático, en especial para la República Dominicana, ya que ha asumido importantes compromisos con el incremento de la participación de las energías renovables en el sector eléctrico dominicano.

Para conocer más de cerca el nivel de penetración y el crecimiento de la energía renovable en el sector eléctrico durante el 2022 y las perspectivas para este 2023, EHPLUS tuvo un acercamiento con el vicepresidente ejecutivo de la Asociación Dominicana de la Industria Eléctrica (ADIE), Manuel Cabral; el director del Proyecto Transición Energética de la GIZ, Clemens Findeisen y el director de la Asociación para el Fomento de las Energías Renovables (Asofer), Marvin Fernández, quienes desempeñan un papel protagónico dentro del sector.

El sistema eléctrico dominicano cuenta con unos 833 MW de energía renovable no convencional a gran escala en operación en la actualidad, de los cuales 370 MW son eólicos, 433 MW solar fotovoltaicos y 30 MW en base a biomasa.

Así lo planteó el vicepresidente ejecutivo de la ADIE, quien explicó que el crecimiento que experimentó la producción de energías renovables fue más marcado en los parques de gran escala conectados al Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI), ya que, en 2022, entraron en operación dos parques de generación solar que representaron un incremento de unos 100 MW.

«En 2022, la energía fue abastecida en el SENI por las siguientes fuentes primarias: gas natural 39 %, carbón 30 %, derivados del petróleo 15 %, agua 6 %, biomasa 1 %, viento 5 % y sol 3 %, donde se puede ver que las energías renovables ya igualan a la generada con derivados del petróleo y se espera que en los próximos años superen significativamente la energía producida de forma tradicional», resaltó Cabral.

El director del Proyecto Transición Energética de la GIZ, también considera que el 2022 fue un «excelente año» para las energías renovables, producto de los grandes incrementos en la capacidad instalada en energía solar, ya que, por primera vez, las fuentes renovables produjeron igual o más energía eléctrica que los derivados del petróleo.

Esto, sumado a las múltiples concesiones definitivas que fueron otorgadas y que brindarán sus frutos en los años venideros. Pero, Findeisen entiende que otras energías renovables, como la generación eólica, permanecieron estáticas y, para lograr la transición energética, es primordial diversificar la matriz energética, mediante el uso de diferentes fuentes renovables. 

«En términos de generación eléctrica, la energía solar experimentó un enorme crecimiento de un 52,5 % en 2022, en comparación con el 2021. Mientras, la energía eólica sufrió un pequeño decrecimiento de un 2,8 % con respecto al mismo año. Es importante resaltar que, en cuanto a la capacidad instalada, la energía solar registró un incremento de un 32,7 % y, en el caso de la eólica, creció un 12,8% en el 2022, según los datos del SENI», puntualizó Findeisen.

Planta de energía solar

En cuanto a la zona con mayor crecimiento, ambos expertos coinciden en que el suroeste del país continuó liderando la nueva capacidad instalada renovable, ya que en los últimos años han entrado en operación grandes centrales fotovoltaicas como el Parque Solar Girasol en el 2021 y Santanasol en el 2022.

Obstáculos y desafíos

El fortalecimiento del sistema de transmisión, la falta de la actualización de la regulación, los retrasos en cada una de las etapas del proceso de aprobación de los proyectos, la escasez de inventario de medidores bidireccionales y el límite del 15 % de penetración renovable en los circuitos de distribución, fueron los principales obstáculos a los que se enfrentaron las energías renovables en el 2022 y que aun persisten en la actualidad.

Así lo plantearon el vicepresidente ADIE, el director del Proyecto Transición Energética de la GIZ y el director de la Asofer, quienes aseguran que, si no se toman medidas urgentes, puede verse afectado gravemente el plan de descarbonización que se ha trazado el país.

Para Manuel Cabral, uno de los principales retos que experimenta República Dominicana para el crecimiento de las energías renovables es el fortalecimiento del sistema de transmisión, debido a que los puntos con mayor potencial para la producción de energía renovable se encuentran alejados de las zonas de mayores demandas. 

«Es por esto por lo que el desarrollo oportuno del sistema de transmisión es fundamental para el rápido crecimiento de las energías renovables y alcanzar una transición hacia energía limpia de acuerdo con los objetivos del país», sostuvo Cabral.

Clemens aseguró que, a pesar de los esfuerzos realizados por la Empresa de Transmisión Eléctrica Dominicana (ETED), el país aún carece de las líneas de transmisión que algunas zonas demandan y, en los casos donde hay una línea cerca, no es posible evacuar la energía planificada a través de estas líneas.

Findeisen destacó que la planificación energética juega un papel fundamental para enfrentar estos retos, debido a que, para que haya una mayor penetración de energía renovable, se necesitarán nuevas alternativas que permitan que el Estado y los inversionistas puedan obtener información crucial para la toma de decisiones y que contribuyan a identificar los lugares más propicios para la construcción de una línea.

Los directores del Proyecto Transición Energética de la GIZ y de la Asofer, aseguran que la actualización de la regulación para tomar en cuenta las nuevas capacidades y oportunidades que ofrecen las tecnologías a medida que avanza el tiempo, es otro de los desafíos que el sector eléctrico debe vencer en este 2023.

De acuerdo con Findeisen, la perspectiva global sobre muchos temas en cuando a las energías renovables ha cambiado con el tiempo, por lo que es necesario evaluar las buenas prácticas internacionales con el fin de elaborar normativas más actualizadas que se adecuen a la realidad dominicana.

Mientras, para Marvin Fernández, los retrasos en cada una de las etapas del proceso de aprobación de los proyectos que requieren interconexión a las redes de distribución de las empresas distribuidoras, a través del Programa de Medición Neta y la escasez de inventario de medidores bidireccionales, son otras debilidades del sector, a las que las autoridades deben prestar especial atención en este 2023.

Fernández calificó esa situación como «muy preocupante» para el sector y una «gran barrera» para el crecimiento de las energías renovables, lo que dificultaría que la República Dominicana cumpla con su meta de que el 25 % del consumo de energía sea renovable para el 2025.

«Es natural que existan desafíos cuando se está llevando a cabo un proceso de transición energética hacia una mayor integración de renovables. Pero es necesario continuar introduciendo y facilitando la implementación de innovaciones tecnológicas que permitan aumentar el autoabastecimiento energético con seguridad, calidad y continuidad tanto en el SENI como en los sistemas aislados», puntualizó.

Por esta razón, el director de la Asofer advierte que urge definir los niveles de penetración renovable admisibles en las redes de distribución. 

Recordó que el país cuenta con un estudio que indica que las redes de distribución pueden admitir mucha más energía distribuida de la que actualmente manejan, asegurando que el límite del 15 % que existe actualmente es muy restrictivo.

Perspectivas para el 2023

El 2023 juega un papel fundamental para que el país se acerque a su meta de que el 25 % del consumo de energía sea renovable para el 2025, ya que, aunque en los últimos años se ha experimentado un enorme crecimiento en la generación eléctrica por fuentes renovables, la República Dominicana debe continuar haciendo importantes inversiones en infraestructura.

De acuerdo con el vicepresidente ADIE, se espera que para finales del 2023 o principio del 2024, el país cuente con más de 1.336 MW de energía renovable no convencional, lo cual favorecería a la República Dominicana en su plan de descarbonización del sector eléctrico.

Destacó que esos 1.336 MW serán posibles, debido a que en el país se están construyendo unos 12 parques de generación renovables que, cuando estén en operación, aportarán unos 503 MW adicionales a los ya 833 MW que se encuentran en operación.

«Los pronósticos indican que estos parques pudieran entrar en operación en el próximo año 2023 o en el primer trimestre del 2024», señaló Cabral.

En ese sentido, el director del Proyecto Transición Energética prevé que, aparte de incremento en la capacidad instalada de energía eólica y, sobre todo, de energía solar, en el país ocurran cambios normativos de gran importancia en el 2023, en torno a las energías renovables y el sector eléctrico en general, posiblemente introduciéndose la figura legal de almacenamiento en la normativa energética. 

Asimismo, entiende que se podrían esperar cambios institucionales importantes y la introducción de nuevos procesos para la compra de energía a los generadores de energía renovable. 

Sin embargo, Findeisen considera que, en los próximos años, el tema de almacenamiento de energía será un punto clave en la conversación de las energías renovables y un paso esencial para su correcta integración de a la red eléctrica. 

«La República Dominicana tiene un futuro muy alentador, ya que ofrece múltiples beneficios, como la estabilidad política, exenciones de impuestos para múltiples equipos relacionados a la instalación de centrales renovables, un mercado competitivo, pagos a tiempo por parte de los diversos agentes del mercado, amplio recurso solar y eólico, personal capacitado y múltiples otras ventajas», afirmó Findeisen.

En el caso de Asofer, considera que, debido a la situación de incertidumbre en materia de precios de energía y abastecimiento con fuentes derivados del petróleo, las perspectivas indican que la participación de las energías renovables, en particular la eólica y solar, seguirán aumentando su participación en el SENI.

«Es importante recordar que una mayor integración de renovables solo será posible en la medida que se actualice el marco regulatorio actual y se establezcan los incentivos necesarios para que los nuevos parques de generación incluyan sistemas de almacenamiento de energía», especificó Fernández.

Para el director de la Asofer, la seguridad energética de un país se inicia por definir e implementar políticas públicas que permitan hacer un uso sostenible de los recursos renovables con los que cuenta para producir energía. 

En el caso de la República Dominicana, Fernández entiende que el país cuenta con valiosos recursos y con condiciones climáticas ideales para la producir energía renovable todo el año.

Favorable clima de inversión 

El mercado eléctrico dominicano ha presentado estabilidad en los últimos 20 años que, unido a los objetivos de sostenibilidad asumidos por el Estado, envía un mensaje claro de que en la República Dominicana hay buenas oportunidades para desarrollar proyectos renovables. 

 

De acuerdo con el vicepresidente de la ADIE, la reducción del tiempo para la ejecución de estos proyectos, desde su promoción hasta su construcción y puesta en marcha, es una clara indicación de que las renovables representan la principal oportunidad para hacer negocios en el mercado eléctrico dominicano.

«En los últimos años, hemos visto como las renovables, en comparación con la ejecución de los proyectos convencionales de generación eléctrica, tiene mayor preferencia y se realizan en menos tiempo, eso hace que el país sea más atractivo para los inversionistas locales e internacionales que buscan instalar sus parques de generación en el país», resaltó Cabral.

Los inversionistas, al momento de realizar sus operaciones, siempre buscan reducir los riesgos y maximizar las ganancias. Así lo planteó el director de la Asofer, quien afirmó que la República Dominicana cuenta con un clima de inversión y una seguridad jurídica que facilita la ejecución exitosa de los proyectos renovables. 

Al instalar un parque de generación renovable en el país, la regulación actual considera que tendrá prioridad en el despacho de energía a costo variable de producción cero, lo que garantiza colocar la energía en el mercado. 

Adicionalmente, la Ley 57-07 contempla la eliminación del Itbis y de los aranceles en la importación de equipos renovables. «Vemos una firme voluntad por parte de las autoridades para firmar acuerdos de compra de energía (PPA) a precios competitivos con todas aquellas empresas que cuentan con concesión definitiva» sostuvo Fernández.

Manuel Cabral: vicepresidente ejecutivo de la Asociación Dominicana de la Industria Eléctrica (ADIE)

«En el 2022, la energía fue abastecida en el Sistema Eléctrico Nacional Interconectado por las siguientes fuentes primarias: gas natural 39 %, carbón 30 %, derivados del petróleo 15 %, agua 6 %, biomasa 1 %, viento 5 % y sol 3 %, donde se puede ver que las energías renovables ya igualan a la generada con derivados del petróleo y se espera que en los próximos años superen significativamente a la energía producida de forma tradicional».

Clemens Findeisen: director del Proyecto Transición Energética de la GIZ

«La República Dominicana tiene un futuro muy alentador, ya que ofrece múltiples beneficios, como la estabilidad política, exenciones de impuestos para múltiples equipos relacionados a la instalación de centrales renovables, un mercado competitivo, pagos a tiempo por parte de los diversos agentes del mercado, amplio recurso solar y eólico, personal capacitado y múltiples otras ventajas».

Marvin Fernández: director de la Asociación para el Fomento de las Energías Renovables (Asofer)

«Es natural que existan desafíos cuando se está llevando a cabo un proceso de transición energética hacia una mayor integración de renovables. Pero, es necesario continuar introduciendo y facilitando la implementación de innovaciones tecnológicas que permitan aumentar el autoabastecimiento energético con seguridad, calidad y continuidad tanto en el SENI como en los sistemas aislados».

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