Una nueva crisis diplomática se avecina en el Atlántico Sur mientras el Reino Unido se prepara para extraer más de 500 millones de barriles de petróleo de las Islas Malvinas, un territorio que Argentina considera ocupado por los británicos desde 1833.
La perforación se llevará a cabo en el Sea Lion Field, situado a 220 kilómetros al norte de las Islas Malvinas.
La empresa israelí Navitas Petroleum lidera la exploración, con planes de extraer 306,9 millones de barriles en los próximos 30 años, aunque se estima que la reserva contiene al menos 514 millones de barriles.
Aunque las ganancias principales irán a los accionistas de Navitas Petroleum en Israel y Estados Unidos, la explotación petrolífera tiene el potencial de transformar la economía local de las islas, actualmente basada en la pesca y la cría de ovejas, mediante regalías e impuestos.
Una evaluación de impacto ambiental de Navitas revela que se planea perforar inicialmente 23 pozos a una profundidad de 2,5 kilómetros.
El gobierno de las Islas Malvinas ha convocado un periodo de consulta legal para conocer la opinión de los isleños sobre el nuevo plan de explotación petrolífera, cuyos resultados se conocerán el 5 de agosto.
A pesar de la reciente victoria del partido laborista en las elecciones británicas, que busca prohibir nuevas perforaciones petrolíferas, las decisiones sobre derechos de perforación en las aguas circundantes son competencia de la administración local de las islas.