Sinonus, una empresa derivada de la Universidad Tecnológica de Chalmers, está a punto de hacer historia con el lanzamiento de lo que podría ser la primera batería estructural de fibra de carbono del mundo. Esta tecnología innovadora utiliza estructuras cristalinas dentro de la fibra de carbono para almacenar energía, abriendo nuevas posibilidades en sectores como la aviación, el transporte eléctrico y la energía renovable.
La tecnología desarrollada por Sinonus representa un avance significativo en el campo del almacenamiento de energía. Utilizando compuestos de fibra de carbono que actúan como batería, la empresa ha logrado integrar capacidad de almacenamiento eléctrico sin añadir peso adicional significativo a las estructuras existentes. Esto no solo podría mejorar la eficiencia de los vehículos eléctricos y aviones, sino también optimizar el almacenamiento de energía en turbinas eólicas, aprovechando el exceso de energía generado.
Orígenes y desarrollo
Fundada en el 2022, Sinonus ha trabajado estrechamente con investigadores de la Universidad Tecnológica de Chalmers en Gotemburgo, Suecia, quienes han sido pioneros en la investigación de baterías estructurales utilizando fibra de carbono. El equipo dirigido por el profesor Leif Asp ha demostrado que las fibras de carbono con cristales pequeños y mal orientados pueden ser excelentes conductores eléctricos, aunque menos rígidos que las versiones convencionales con cristales más grandes. Esta flexibilidad estructural ha permitido a Sinonus superar los desafíos previos en la producción de baterías estructurales, ofreciendo una solución viable para aplicaciones industriales exigentes.
Potencial y aplicaciones futuras
Si bien las baterías estructurales podrían no igualar la densidad energética de las de iones de litio, ofrecen ventajas significativas en términos de seguridad y peso. Con una menor densidad energética, estas baterías son menos propensas a contener sustancias volátiles, lo que las hace más seguras para su integración en vehículos y sistemas industriales. Además, la capacidad de integrar capacidad de almacenamiento eléctrico en componentes estructurales existentes podría llevar a ganancias sustanciales en la eficiencia global de sistemas como aviones y automóviles.
Con proyectos de investigación en curso desde el 2018 y prototipos funcionales ya en desarrollo, Sinonus se prepara para comercializar su tecnología a gran escala. Se espera que la próxima generación de baterías de fibra de carbono de la empresa ofrezca una densidad energética mejorada y una rigidez comparable a materiales convencionales como el aluminio, pero con un peso considerablemente reducido. Este avance podría transformar radicalmente las industrias del transporte y la energía, allanando el camino hacia un futuro más sostenible y eficiente.
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