La transición energética se ha convertido en una política de Estado para España. La hoja deruta es clara. Por una parte, el marco normativo de la Ley 7/2021, de Cambio Climático y Transición Energética. Por otra las acciones conjuntas del Ministerio de Política Territorial (MPT) que ha firmado con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miterd) un acuerdo para el desarrollo de actuaciones del plan de transición energética en el territorio español.
De igual manera, está el «Acuerdo marco para una transición justa de la minería del carbón y desarrollo sostenible de las comarcas mineras para el periodo 2019-2027», firmado por el Gobierno, sindicatos y empresas mineras, así como el «Acuerdo por una transición energética justa para las centrales térmicas». Los pronósticos son buenos. Según fuentes oficiales, en el año 2023, España alcanzó un hito histórico al generar el 50,8 % de su energía total a partir de fuentes renovables, frente al 42,2 % que se alcanzó en el 2022.
«Para impulsar la transición energética y su cadena de valor industrial, se han desarrollado concursos de acceso en nudos de transición justa para promover proyectos de energías renovables que maximicen los beneficios locales; priorización de estas zonas de forma transversal en las convocatorias de apoyo al hidrógeno verde, almacenamiento energético y otras renovables innovadoras; el desarrollo proyectos de I+D+i en el territorio e impulsando proyectos industriales y energías renovables a través del acuerdo con las empresas eléctricas», explica Pérez Hernández.
OBS Business School revelan que el 50,8 % del total de la electricidad producida en España durante el 2023 se debió a energías renovables (un 9 % más que en el 2022) y sigue creciendo. Fueron más de 135.000 GWh obtenidos gracias a una meteorología de la que se han beneficiado las producciones de hidráulica, solar fotovoltaica y eólica, con unos aumentos sensibles respecto al año anterior del 39,4 %, 32 % y 2 % respectivamente
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) cree que la demanda eléctrica en España va a crecer a un ritmo anual del 1 %, un periodo en el que las renovables van a seguir ganando peso y las emisiones de CO2 se reducirán casi a la mitad de las que había antes de la crisis de la COVID-19, Antonio Pérez Hernández, embajador de España en la República Dominicana.
“Existen desafíos importantes que deben abordarse para que las renovables desempeñen un papel clave en el sector energético, como la falta de interconexiones que faciliten la exportación, la necesidad de almacenamiento de energía y la disponibilidad de energías de respaldo”, dijo Pérez Hernández.
«La transición ha sido adoptada como una prioridad a nivel gubernamental y se ha consolidado como una estrategia a largo plazo para el país», apunta Pérez Hernández.
El Consejo de Ministros ha acordado en febrero del 2024 iniciar la tramitación legislativa para recuperar la Comisión Nacional de la Energía (CNE) como autoridad regulatoria independiente en materia energética. Esta comisión tendrá funciones de supervisión y control de los mercados eléctrico, de hidrocarburos líquidos, de gas natural, de hidrógeno verde y otros gases renovales. Además, asumirá funciones regulatorias, la función consultiva que ahora desempeña la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), de asesoramiento y resolución de los conflictos que se puedan producir entre operadores y funciones de inspección y sanción.
«España ha dado pasos significativos en la reducción de su dependencia de los combustibles fósiles. A pesar de que actualmente el gas natural sigue siendo la principal fuente de generación eléctrica a partir de combustibles fósiles, nuestro país ha logrado avanzar en la eliminación gradual de la generación de electricidad a partir de carbón. Además, las centrales nucleares continúan proporcionando una carga de base estable, aunque está prevista su retirada gradual para el año 2035».
De todas formas, el embajador de España señala que existen desafíos importantes que deben abordarse para que las renovables desempeñen un papel clave en el sector energético, como la falta de interconexiones que faciliten la exportación, la necesidad de almacenamiento de energía y la disponibilidad de energías de respaldo.
«Superar estos desafíos será crucial para lograr los objetivos establecidos y avanzar hacia una economía baja en carbono».
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha publicado que la deuda del sistema eléctrico en España se situó en 7.866 millones de euros en el 2023, un 21,5 % menos que en el 2022. Para equilibrar oferta y demanda, el sistema eléctrico cuenta en el 2024 con 609 MW de potencia de las comercializadoras y consumidores con participación directa en el mercado.
«La Agencia Internacional de la Energía (AIE) cree que la demanda eléctrica en España va a crecer a un ritmo anual del 1 %, un periodo en el que las renovables van a seguir ganando peso y las emisiones de CO2 se reducirán casi a la mitad de las que había antes de la crisis de la COVID-19».
En el foco: relaciones entre la República Dominicana y España
¿Cómo valora la postura en la República Dominicana con relación a los temas de visión en el área energética?
La postura de la República Dominicana en el área energética ha mostrado avances significativos en los últimos años. El país ha reconocido la importancia de una transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles, y ha tomado medidas para impulsar el desarrollo de energías renovables y mejorar la eficiencia energética.
En primer lugar, la República Domini cana ha establecido objetivos ambiciosos en materia de energía renovable. El Plan Nacional de Energías Renovables establece la meta de alcanzar un 25 % de participación de energías limpias en la matriz energética para el año 2025. Esto demuestra una clara visión y compromiso para diversificar la matriz energética y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
Además, el país ha puesto en marcha políticas y marcos regulatorios para fomentar la inversión en energías renovables. Se han establecido incentivos fiscales y programas de apoyo, como la Ley de Incentivo a las Energías Renovables y Regímenes Especiales (Ley 57-07), que promueve la generación de electricidad a partir de fuentes renovables y otorga beneficios a los proyectos que cumplan con los requisitos establecidos.
“Para impulsar la transición energética y su cadena de valor industrial, se han desarrollado concursos de acceso en nudos de transición justa para promover proyectos de energías renovables que maximicen los beneficios locales”, Antonio Pérez Hernández, embajador de España en la República Dominicana.
El país ha reconocido la importancia de una transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles, y ha tomado medidas para impulsar el desarrollo de energías renovables y mejorar la eficiencia energética.
De hecho, en el periodo del 2020 al 2022 la República Dominicana ha incrementado en un 50 % la capacidad instalada de energías renovables, convirtiéndose en la nación líder de Centroamérica y el Caribe en lo relativo a producción energética de fuentes limpias.
En cuanto a la eficiencia energética, ha impulsado medidas para mejorar la gestión y el uso racional de la energía. Se han implementado programas de eficiencia en diferentes sectores, como el alumbrado público, los edificios y el transporte, con el objetivo de reducir el consumo de energía y promover prácticas más sostenibles.
Sin embargo, a pesar de los avances realizados, aún existen desafíos que enfrentar en el área energética. Algunos de éstos incluyen la necesidad de fortalecer la infraestructura y la capacidad de transmisión y distribución de energía renovable, así como mejorar la gobernanza y la planificación estratégica en el sector energético.
¿Algún acuerdo o planes de colaboración con la República Dominicana de en estos temas?
A pesar de que no existen planes o acuerdos concretos entre ambos países en el ámbito de las renovables, existe una excelente relación de colaboración a nivel de política energética tanto con el sector público como con el privado.
La elevada inversión de empresas españolas en energías renovables en la República Dominicana ha propiciado importantes aportaciones de la experiencia española al campo de las energías renovables en este país.
No debemos descartar que en el futuro nazcan iniciativas de cooperación formales en este campo. Estas colaboraciones podrían abarcar áreas como el intercambio de expertos, la transferencia de tecnología y conocimientos, la promoción de inversiones conjuntas en energías renovables y programas de capacitación.
Antonio Pérez Hernández
Diplomático de carrera desde 1981, con amplia experiencia tanto en la sede central del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, como en sus numerosos destinos en el extranjero; en ambos aspectos destaca su especial dedicación al ámbito Iberoamericano.
Ha estado destinado en las representaciones diplomáticas españolas en Turquía, Consejo del Atlántico Norte y Marruecos. En 1996 fue nombrado subdirector general de Asuntos Internacionales de Seguridad y, posteriormente, director del Gabinete del Secretario de Estado para la Cooperación Internacional y para Iberoamérica.
En el año 2000 fue nombrado director general del Instituto de Cooperación con el Mundo Árabe, Mediterráneo y Países en Desarrollo, y director general de Cooperación con África, Asia y Europa Oriental. A partir de agosto del 2004 hasta febrero del 2008, desarrolló las funciones como embajador de España en la República Islámica de Irán. Desde febrero del 2008 a junio del 2011 lo hizo en Nicaragua y en agosto de ese mismo año lo designaron embajador en misión especial para Asuntos Energéticos.
En abril del 2012 asumió en la embajada en la República Bolivariana de Venezuela. En el 2017 fue designado Director General para Iberoamérica y el Caribe. En diciembre del 2018 fue director del Consorcio Casa de América, cargo que ocupó hasta finales del 2020. El 3 de agosto de 2021 volvió a ejercer las funciones de representante diplomático cuando se publicó en el Boletín Oficial del Estado su nombramiento como embajador en la República Dominicana.
