Volvo Cars ha decidido detener las ventas del sedán S90 en Estados Unidos, un modelo que se fabrica en China, como respuesta a la creciente guerra comercial entre ambos países. Esta medida busca mitigar el impacto de los aranceles impuestos a los vehículos importados desde China.
Impacto de los aranceles en el S90
El S90, ensamblado en China, ha enfrentado aranceles significativos al ser importado a Estados Unidos, lo que ha afectado su competitividad en el mercado estadounidense. En 2024, Volvo vendió 1,364 unidades del S90 en EE.UU., y la imposición de aranceles ha reducido aún más su rentabilidad.
Reducción de incentivos y ajustes en la producción
Además de suspender las ventas del S90, Volvo ha reducido los incentivos en otros modelos para compensar los costos adicionales derivados de los aranceles. La empresa también está considerando aumentar la producción en su planta de Carolina del Sur para reducir la dependencia de las importaciones y minimizar el impacto de las tensiones comerciales.
Estrategias de producción para enfrentar aranceles
Volvo está evaluando trasladar parte de su producción a Estados Unidos en respuesta a los aranceles. El CEO saliente de Volvo Cars, Jim Rowan, mencionó que la empresa tiene suficiente capacidad en su planta de Carolina del Sur para aumentar la producción local.
La suspensión de las ventas del S90 en Estados Unidos refleja los desafíos que enfrentan los fabricantes de automóviles en medio de las tensiones comerciales globales. Volvo Cars está implementando estrategias para adaptarse a este entorno cambiante, incluyendo la reubicación de la producción y la reducción de incentivos, con el objetivo de mantener su competitividad en el mercado estadounidense.
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