En un análisis sobre la necesidad urgente de una reforma fiscal, el exministro de Energía y Minas, Antonio Isa Conde, planteó la importancia de implementar medidas significativas que impulsen el crecimiento económico sostenible y reduzcan la deuda pública del país.
Conde subraya que, aunque empresarios, políticos y técnicos coinciden en la necesidad de una reforma fiscal, sus percepciones y enfoques son divergentes.
Según Conde, la clave para mantener el ritmo de crecimiento económico y establecer una base sólida para el desarrollo reside en una reforma fiscal integral. Este tipo de reforma, argumenta, debe abordar tanto el gasto como el ingreso del Estado de manera simultánea y coordinada. Separar estas dos vertientes, advierte, resultaría en una solución incompleta y poco efectiva.
Conde señala que la implementación de una reforma fiscal de gran alcance es un desafío monumental, particularmente en un entorno político donde el “populismo y el clientelismo” prevalecen. En este contexto, enfatiza la necesidad de que la sociedad civil asuma un rol activo y exija a los líderes políticos adoptar medidas que promuevan un desarrollo inclusivo y sostenible.
Crecimiento económico vs. disparidades sociales
El exministro es claro al afirmar que el simple crecimiento económico no es suficiente para superar las disparidades sociales y económicas que afectan al país. “La reforma fiscal debe ser vista y utilizada como una herramienta eficaz para cerrar estas brechas y fomentar un desarrollo equitativo”, enfatizó.
Para Conde, la verdadera reforma fiscal es aquella que se enfoca tanto en la recaudación de ingresos como en el gasto público de manera integral. Insiste en que esta visión desarrollista es fundamental para lograr un consenso que, aunque difícil, es necesario. La diferencia entre una buena o mala reforma, según él, dependerá de la perspectiva desde la cual se aborde, destacando la inevitable tensión entre fiscalistas y desarrollistas.
El exministro de Energía resalta que la visión y determinación del presidente serán cruciales para inclinar la balanza hacia una reforma efectiva. Citó una reflexión previa: “En ese momento sabremos si nos dirige un político o un estadista”, enfatizando la importancia de un liderazgo comprometido con el bienestar a largo plazo del país.
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