El presidente del Consejo Unificado de las Distribuidoras de Electricidad (CUED), Celso Marranzini, ha subrayado que el principal desafío para el sector eléctrico durante el período 2024-2028 serán las empresas distribuidoras. Marranzini advierte que serán necesarias medidas drásticas para enfrentar los problemas persistentes en estas compañías, afirmando que “la única forma de resolver los problemas graves es cortar y amputar para que la parte del cuerpo pueda resurgir”.
Medidas drásticas y apoyo del presidente Luis Abinader
Marranzini destaca que el presidente Luis Abinader está brindando todo su apoyo al CUED y, por ende, a las distribuidoras de electricidad. El funcionario enfatiza que las medidas para mejorar la situación serán difíciles y dolorosas, pero esenciales para la recuperación del sector. “Está bien claro, el que no funcione se va”, advierte Marranzini, dejando en claro que no se tolerarán fallos en la gestión.
El presidente del CUED también criticó la influencia política en el sector eléctrico, mencionando el caso del ex administrador general de la Empresa Distribuidora de Electricidad del Este (EDEEste), Milton Morrison. Marranzini aclara que Morrison renunció por haber “culminado un ciclo profesional” y critica la presión política para nombrar a correligionarios en posiciones clave, lo que, según él, ha sido un problema recurrente en la historia del sector.
Marranzini compara la situación actual con la administración anterior, criticando la venta de Punta Catalina como solución al problema eléctrico. Afirma que, aunque Punta Catalina ha añadido capacidad de generación, la solución real debe abordar la generación, transmisión y distribución de manera integral.
Problemas actuales en la facturación de clientes
Uno de los principales problemas que enfrenta el sector eléctrico es la falta de facturación de clientes. Marranzini señala que, a pesar de un índice de cobrabilidad alto entre el 94% y el 96%, existen serios problemas en la facturación en las distribuidoras. Por ejemplo, Edesur tiene 400,000 clientes que no factura, EDEEste tiene 800,000, y Edenorte tiene 200,000. Esta situación no solo afecta los ingresos de las distribuidoras, sino que también complica la estabilidad financiera del sector.
Marranzini resalta la necesidad de reformas profundas y medidas contundentes para resolver los problemas en el sector eléctrico, enfatizando la importancia de una gestión eficaz y sin influencias políticas para lograr una mejora sostenible.
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