El transporte es una de las principales fuentes de emanaciones de dióxido de carbono (CO2) a nivel global, representando casi una cuarta parte de las emisiones relacionadas con la energía. Este hecho subraya la importancia de entender y mitigar el impacto ambiental de nuestras opciones de transporte.
En ese sentido, Our World in Data, el Departamento de Seguridad Energética y Net Zero del Gobierno del Reino Unido, y el Consejo Internacional sobre Transporte Limpio ofrecen datos para determinar qué medios de transporte son los más contaminantes y porqué.
Según las estimaciones, el transporte representa alrededor del 24 % de las emisiones de CO2 relacionadas con la energía. En países con una alta frecuencia de viajes, como muchos de los más ricos, este sector puede ser una de las mayores fuentes de la huella de carbono individual. Los cruceros, los vuelos nacionales y el uso de vehículos particulares son identificados como los métodos de transporte más intensivos en carbono.
Cruceros y vuelos cortos: Los grandes contaminadores
Los cruceros encabezan la lista de los medios de transporte más contaminantes. Estos enormes buques, que pueden pesar entre 70,000 y 180,000 toneladas métricas, utilizan fuel oil pesado, un combustible con alto contenido de carbono. Además de moverse, deben generar energía para los servicios a bordo, como iluminación, aire acondicionado y entretenimiento, lo que aumenta su huella de carbono.
Los vuelos de corta distancia también son altamente intensivos en carbono. Esto se debe al alto consumo de combustible durante el despegue y el ascenso a altitud, comparado con la fase de crucero del vuelo.
Estudios del Consejo Internacional sobre Transporte Limpio revelan que la intensidad de carbono de los vuelos disminuye con la distancia hasta un punto, después del cual se estabiliza. Sin embargo, los vuelos nacionales siguen siendo más contaminantes por kilómetro recorrido en comparación con los de larga distancia.
Comparación de la huella de carbono entre diferentes modos de transporte
La huella de carbono de cada modo de transporte varía significativamente:
- Cruceros: aproximadamente 250 g de CO2 por kilómetro por pasajero.
- Vuelos nacionales: 246 g de CO2 por kilómetro por pasajero.
- Coche de gasolina promedio: 170 g de CO2 por kilómetro por pasajero.
- Ferrocarril nacional: 35 g de CO2 por kilómetro por pasajero.
- Eurostar: 4 g de CO2 por kilómetro por pasajero.
Estas cifras deben interpretarse con cautela, ya que muchas variables pueden afectar la huella de carbono real, como el tipo de vehículo, su ocupación, la mezcla de energía utilizada y las condiciones climáticas.
Factores que afectan la huella de carbono
El tipo de combustible utilizado, la eficiencia del motor y la ocupación del vehículo son algunos de los factores que influyen en la huella de carbono de los distintos medios de transporte. Por ejemplo, los aviones menos eficientes suelen ser utilizados para vuelos cortos, lo que contribuye a sus altas emisiones. Además, la generación de energía para servicios a bordo en cruceros y la fase de despegue en vuelos cortos son particularmente demandantes en términos de energía.
Comprender y reducir la huella de carbono de nuestros viajes es crucial para mitigar el cambio climático. Optar por modos de transporte más sostenibles, como el tren o incluso el ciclismo, puede hacer una diferencia significativa. Este análisis destaca la necesidad de políticas y tecnologías que promuevan una reducción en las emisiones de carbono del sector transporte.
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