Desde el momento mismo en que el presidente Luis Abinader le anunció al país el acuerdo arribado para la renegociación del contrato entre el Estado dominicano y la empresa Aeropuertos Dominicanos Siglo XXI, las críticas y cuestionamientos al convenio no han parado.
El rechazo a la renegociación ha surgido desde varios sectores, principalmente desde la oposición política, la cual alega que el convenio busca captar recursos para la reelección del mandatario, que busca un periodo más al frente del Estado.
A pesar del veto al proyecto que según el Gobierno, le retribuirá al Estado ingresos e inversiones entre los 1,905 y los 2,155 millones de dólares, fue enviado al Congreso Nacional donde se encuentra en vistas públicas, aunque desde ya congresistas opositores afirman que votarán en contra.
Dentro de las interrogantes surgen las de por qué no se esperó hasta el año 2030 cuando vence el contrato actual, que fue firmado en 1999.
Tenga o no razón un bando u otro, surgen más preguntas que respuestas sobre esta renegociación que además incluye la ampliación algunas terminales aeroportuarias.
Lo cierto es que se deben despejar las dudas y evitar que la gente crea que el discurso del presidente fue un canto de sirena, pues bien lo dice el popular refrán de que mientras más claridad, más amistad.
Los cuestionamientos y reclamos desde la oposición y sectores contrarios al Gobierno siempre surgirán, más cuando no se despejan dudas sobre las decisiones que se toman en nombre de todos.
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