Hoy, se celebra el Día Mundial del Agua, un elemento natural fundamental para el desarrollo de la vida y la biodiversidad en la Tierra. Además de ser esencial para el desarrollo de actividades económicas como la agricultura, la industria, la energía, el turismo y el transporte.
Con motivo de esta celebración, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), lanzó la campaña “Agua para la Paz”, donde asegura que el agua más que un elemento, es vida, es paz prosperidad y tiene el poder de sacarnos de una crisis. Asimismo, hace un llamado a la reflexión, con el objetivo de que los países se unan para cuidar y preservar este recurso.
Asimismo, de acuerdo con el Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef, 771 millones de personas no pueden acceder ni siquiera a servicios básicos de agua potable segura y unos 3.500 millones de personas carecen de servicios de saneamientos seguros.
En República Dominicana, los procesos de sequía estacionales han sido cada vez más agudos en los últimos años. En mayo del 2023, el presidente Luis Abinader calificó de «muy crítica» la situación de sequía que afectaba al país, asegurando que, según los informes que tenía, en términos de nivel de las presas, estás están en su peor situación en los últimos 40 años.
Otro dato al que debemos prestar especial atención es al resultado de un estudio del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD), donde establece que en República Dominicana se han perdido más de RD$2,000 millones por huracanes, inundaciones y sequía.
En marzo de este año, ya se empiezan a sentir los efectos de la sequita estacionaria, ya que, de acuerdo con datos de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (Caasd), al 21 del presentes mes, la producción de agua potable se sitúa en unos 379 millones de galones diarios, debido a la reducción de lluvias que ha impactado las cuencas de los ríos, provocando una disminución de 96 millones de galones diarios en febrero 2024.
Esta merma en la producción afecta el servicio de manera parcial en sectores del Distrito Nacional, Santo Domingo Oeste, Santo Domingo Este, Pantoja, Los Girasoles, Los Alcarrizos y Pedro Brand.
Esto, llama a las autoridades y la población en general a reflexionar sobre la importancia de un uso racional del agua y de las medidas que se pueden implementar para mitigar los efectos de la sequía en los hogares dominicanos y los diferentes sectores productivos de la economía mencionados anteriormente.
Es importante abordar los desafíos que se plantean dentro del marco del “Pacto Dominicano por el Agua 2021-2036”, firmado por más de 100 representantes de diversas organizaciones e instituciones en agosto del año pasado, el cual contempla 38 acciones que tiene como objetivo gestionar el recurso agua y que este sea protegido, conservado y administrado para sus diferentes usos.
Los retos encontrados fueron la falta de un marco regulatorio, la dispersión institucional, la escasez del agua y el deterioro de su calidad, la carencia de obras de regulación y almacenamiento de agua, la gestión insostenible del recurso, la falta de educación sobre el valor del recurso.
Asimismo, señala el déficit de inversión en infraestructuras de agua potable; saneamiento, protección y conservación de cuencas; innovación de los sistemas de riego y adecuación de cauces que en su conjunto afectan los servicios urbanos y rurales; la seguridad hídrica y el desarrollo social y económico del país.
Lo cierto es que, para hacer frente a los desafíos y lograr una gestión adecuada del agua, la hace una mayor integración por parte del sector público-privado y de la población en general, con miras a garantizar que el país cuente con un ciclo del agua que asegure el suministro de agua dulce que los seres humanos utilizan para beber, cocinar, lavar y realizar las diferentes actividades económicas.
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