Latinoamérica y el Caribe requerirán una inversión de hasta US$10,000 millones en energías renovables para lograr expandir la movilidad eléctrica en la región hacia el año 2030.
La Organización Latinoamericana de Energía (Olade), con sede en Quito, presentó este martes su informe “Monitor de Movilidad Eléctrica de América Latina y el Caribe”, que detalla la necesidad de impulsar esta transición ante el crecimiento significativo del parque vehicular eléctrico.
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Durante los últimos cuatro años, el número de vehículos livianos electrificados en la región ha aumentado más de catorce veces.
Según estudios internacionales, se espera que para 2030 haya alrededor de 250 millones de vehículos eléctricos en el mundo, y en Latinoamérica se venderían anualmente alrededor de 1.2 millones de unidades.
Esto podría hacer que la región represente hasta el 4% de las ventas anuales globales de vehículos eléctricos, con un parque vehicular que podría alcanzar las 20 millones de unidades para ese mismo año.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) destacó que la inversión será crucial no solo para aumentar la cantidad de vehículos eléctricos, sino también para la creación de una infraestructura sostenible, lo que incluye estaciones de carga y el impulso de energías renovables.
Este esfuerzo es parte de la apuesta de la región por reducir su dependencia de los combustibles fósiles y avanzar hacia un futuro más sostenible, en línea con las tendencias globales para combatir el cambio climático.
