El economista e investigador Víctor Gómez Valenzuela afirmó que la naturaleza ha sido “muy generosa” con la República Dominicana al colocarla como el tercer país con mayor yacimiento y explotación de oro del mundo.
Durante su participación en el cuarto Seminario Permanente de la Realidad Dominicana (Semper), organizado por el Intec, explicó que en La Española se encuentran algunos de los yacimientos auríferos más importantes del hemisferio occidental.
En este contexto, subrayó la relevancia de Pueblo Viejo, mina que produjo 30.6 toneladas de oro en 2023, ubicando al país entre los líderes de América Latina en explotación aurífera.
“En una pequeña parte del territorio del mundo que se conoce como La Española se encuentran los yacimientos auríferos más importantes del hemisferio occidental. La tercera explotación aurífera más grande del mundo ocurre aquí, a una hora y media de Santo Domingo”, puntualizó.
Comparación regional
De acuerdo con reportes regionales, la producción aurífera de 2023 estuvo encabezada por Perú (100 toneladas), México (90 toneladas), Brasil (80 toneladas) y Argentina (40 toneladas). La República Dominicana, con sus más de 30 toneladas, se posiciona por encima de países como Surinam y Guyana, consolidando así su rol en el mapa mundial del oro.
Gómez Valenzuela indicó que la minería moderna debe medirse no solo por la cantidad de recursos extraídos, sino por su impacto transformacional y los beneficios sociales y económicos que deja al país.
Áreas protegidas y capital natural
El catedrático también resaltó la importancia de las 132 áreas protegidas del país, cuyo aporte asciende al 4.4% del Producto Interno Bruto (PIB).
“El mayor aporte de las áreas protegidas no es tangible a simple vista: el 80% de su valor proviene del agua”, explicó. Precisó que las cuencas de los ríos Yaque del Norte, Yaque del Sur y Yuna constituyen el capital natural más relevante, ya que nacen y, en algunos casos, desembocan dentro del sistema de áreas protegidas.
El economista advirtió que el gran reto de la República Dominicana consiste en gestionar de manera sostenible su capital natural, poniendo sus recursos al servicio del bienestar y la prosperidad de la población.
“Interactuamos con la naturaleza y esa transformación está directamente vinculada con el bienestar, la salud, la seguridad y las relaciones sociales. Dependemos profundamente de ese contexto natural para nuestra calidad de vida”, señaló Gómez Valenzuela.
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