El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), tiene desplegada una amplia agenda global que comprende la protección de ecosistemas en el mundo, por ello tiene en su calendario, la celebración de días que no tienen un fin solo conmemorativo, también ratifican simbólicamente sus compromisos, convenios suscritos con los Estados, se erige como un llamado a la acción y voz que clama en el desierto.
Por lo antes expresado la agencia especializada de Naciones Unidas para temas de protección medioambiental instituyó el 26 de julio como el Día Internacional para la Conservación del Ecosistema de Manglares. Esta conmemoración quedó oficializada en el marco de la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en el año 2015, este decir, arriba a nueve años de celebración en el mundo.
El PNUMA en su declaración de principios ha planteado que la importancia de los manglares radica a que es un “ecosistema único, especial y vulnerable” y promover su gestión, conservación y uso sostenibles”. En ese escenario, las autoridades de los Ministerios de Medio Ambiente y Recursos Naturales para cumplir esos retos globales donde el modelo de desarrollo se sustenta en el uso intensivo de los recursos naturales con la tendencia de extinguir la capacidad de resiliencia de los ecosistemas, por consiguiente, afectar el destino de las futuras generaciones.
¿Qué es un manglar y de qué protege?
Oficialmente la Organización de las Naciones Unidas (ONU), define los manglares como ecosistemas singulares que se encuentran en el límite entre la tierra y el mar.
De acuerdo al organismo internacional universal y de mayor capacidad de convocatoria global, los manglares constituyen al bienestar, la seguridad alimentaria (garantizar que los seres humanos tengan acceso a los alimentos que permitan la reproducción de la existencia), protección de pueblos costeros en el mundo.
La interrogante de que podría proteger un manglar o los manglares, es contestado por otra agencia de Naciones Unidas, es decir, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), advierte que son fuentes que producen una gama de productos forestales madereros y no madereros y protegen las costas del viento, las olas y las corrientes de agua, se infieren que en temporadas ciclónicas si no hay suficientes manglares esto podría tener un efecto más devastador en las comunidades costeras.
También, los manglares cumplen otras responsabilidades naturales como la protección de arrecifes de coral, los lechos de pastos marinos y las rutas de navegación contra la sedimentación. Al mismo tiempo, brinda un espacio de hogar o hábitat a una variedad de peces y mariscos.
¿Cuál es el estado de la protección de los manglares en el mundo?
A pesar de los esfuerzos globales de protección, la deriva en la destrucción experimenta una curva sostenida. Tanto que el más reciente informe de la Alianza Mundial por los Manglares estima que hasta la fecha se ha perdido un 67 % de los manglares, y que anualmente se pierde un 1% adicional.
Para abordar este desafío con más seriedad, PNUMA sostiene que los gobiernos deben tomar medidas más puntuales que reconozca la complejidad de protección de los ecosistemas marinos y costeros y se disponga de una red de áreas protegidas por los Estados donde estén involucradas los residentes de las zonas costeras.
De acuerdo al informe: “El estado de los manglares del mundo 2022”, elaborado por la Alianza Mundial por los Manglares al abordar las ganancias a lo largo del tiempo, indica que están asociadas a los aportes de los ríos del Amazonas, especialemente en Venezuela y Brasil.
En cuanto a las pérdidas de manglares, el estudio revela que se ha producido en el sureste del continente asiático equivalente a 2.457 km2 (4,8 %) de manglares entre
1996 y 2020, debido al desarrollo de los productos básicos, especialmente de la acuicultura.
En otras regiones del mundo, como América del Norte y Centroamérica se produjo una importante pérdida de manglares, donde la erosión y los fenómenos
extremos como los ciclones fueron responsables de las pérdidas totales de 1.122 km2, es decir de un 4.7 %.
