La economía de la energía limpia de Estados Unidos se encuentra en contracción bajo la segunda administración de Donald Trump, afectada por una serie de acciones ejecutivas y las restricciones impuestas por la ley One Big Beautiful Bill aprobada por el Congreso.
Según el más reciente informe del Clean Economy Tracker de E2, solo en septiembre se perdieron cerca de 3,000 empleos y se cancelaron proyectos por 1.6 mil millones de dólares, en medio de cierres de fábricas y recortes de inversión.
Desde enero hasta septiembre, las pérdidas acumuladas superan los 24 mil millones de dólares en inversiones anunciadas y casi 21,000 empleos. De ese total, los distritos con voto republicano han sufrido el mayor impacto, con 12.4 mil millones de dólares menos en inversión y alrededor de 15,000 empleos eliminados.
Cancelaciones en cadena: de baterías a vehículos eléctricos
La última ola de cancelaciones incluye proyectos de almacenamiento de baterías a gran escala y fábricas de vehículos eléctricos en Kansas, Míchigan, Carolina del Norte y Tennessee, de acuerdo con E2.
Además, el Departamento de Energía anunció en octubre la rescisión de 321 subvenciones federales que respaldaban 223 proyectos energéticos, argumentando que esto representa “ahorros de aproximadamente 7.56 mil millones de dólares” para los contribuyentes.
Sin embargo, esas cancelaciones se concentraron exclusivamente en estados históricamente demócratas, lo que ha generado cuestionamientos sobre un posible sesgo político en la distribución de fondos.
De la expansión a la contracción
Las medidas actuales revierte una tendencia de crecimiento que había sido impulsada por la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), aprobada en 2022. Esa normativa había desencadenado un período récord de inversión, con 135 mil millones de dólares en capital privado comprometido para el desarrollo de proyectos solares, eólicos y de manufactura verde.
Para la industria solar, las expectativas eran especialmente altas: se habían anunciado 18 mil millones de dólares en inversión que prometían generar 32,803 empleos. No obstante, hasta la fecha, 2,8 mil millones de dólares han sido cancelados, eliminando 2,381 puestos de trabajo.
E2: “Un revés para la competitividad estadounidense”
Michael Timberlake, director de comunicaciones de E2, advirtió que estas pérdidas van más allá del impacto ambiental: “La pérdida de estos proyectos no es solo un revés para la energía limpia, es un revés para los trabajadores y la competitividad de Estados Unidos. Por cada fábrica cancelada o planta reducida, hay muchos más proyectos que ni siquiera se anuncian”, señaló.
Según Timberlake, la consecuencia inmediata es una fuga de capital y traslado de inversiones al extranjero, lo que significa menos sueldos, menos inversión local y menos oportunidades para los trabajadores estadounidenses.
Nuevas inversiones, pero insuficientes
Pese al panorama adverso, septiembre registró algunos anuncios positivos: 542 millones de dólares en nuevas inversiones destinadas a fábricas de vehículos eléctricos, componentes solares e infraestructura crítica de red, necesaria para el crecimiento de los centros de datos de inteligencia artificial (IA).
De acuerdo con E2, estos nuevos proyectos podrían crear cerca de 985 empleos permanentes, aunque su escala resulta limitada frente al número de cancelaciones acumuladas.
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