EHPLUS, SANTO DOMINGO.- República Dominicana se encuentra en la vía de convertirse en una economía avanzada para el año 2060, según afirmaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), siempre y cuando se lleven a cabo reformas estructurales decisivas, particularmente en el sector energético.
El FMI, en su más reciente análisis económico, elogió los notables progresos alcanzados por la nación caribeña bajo el liderazgo del presidente Luis Abinader. Destacó especialmente la significativa reducción de la brecha de ingresos en comparación con Estados Unidos, lo que refleja una transformación económica impresionante desde las décadas de carestía que caracterizaron al país en la década de 1960.
Este crecimiento económico se atribuye a la implementación de políticas sólidas, la diversificación de las exportaciones y una estructura económica adaptable. La transición de una economía centrada en la agricultura a una basada en la manufactura y los servicios ha sido esencial para esta transformación, permitiendo a la República Dominicana situarse por encima de naciones más grandes como Brasil y México en términos de PIB per cápita ajustado por poder adquisitivo.
El FMI, en su papel de asesor y colaborador, ha desempeñado un papel esencial en este proceso de cambio, respaldando políticas que han impulsado el crecimiento económico sostenido del país. El organismo proyecta un crecimiento potencial del 5% anual para la República Dominicana en los años venideros, destacando la importancia de la continuidad de políticas prudentes y reformas estructurales.
Sin embargo, el punto focal para el futuro se centra en las reformas. El FMI sostiene que, si la República Dominicana implementa reformas estructurales en sectores como el energético, esto podría acelerar aún más su camino hacia la condición de economía avanzada para 2060. Estas reformas no solo beneficiarán la eficiencia energética, sino que también generarán oportunidades para atraer inversiones extranjeras y fomentar el desarrollo sostenible.
Para lograr este ambicioso objetivo, el país deberá concentrar sus esfuerzos en modernizar y diversificar su infraestructura energética, promoviendo fuentes limpias y renovables para asegurar un suministro confiable y sostenible de energía.
