Cuba sigue inmersa en una profunda crisis energética, y este viernes se prevén apagones que afectarán al 26% del territorio nacional. Según el informe más reciente de la Unión Eléctrica (UNE), los cortes de energía se deben a una combinación de averías en varias centrales termoeléctricas y la falta de combustible para la generación distribuida, afectando tanto la economía del país como la vida diaria de sus ciudadanos.
El reporte de la UNE señala que dos unidades de las centrales termoeléctricas terrestres están fuera de servicio por averías, mientras que 45 centrales de generación distribuida, basadas en motores eléctricos, no están operando debido a la falta de diesel y fueloil. Esta situación refleja el deterioro crítico del sistema eléctrico cubano, que lleva décadas de obsolescencia y falta de inversión en su infraestructura.
Déficit de generación y afectaciones
La empresa estatal, adscrita al Ministerio de Energía y Minas, prevé una capacidad máxima de generación eléctrica de 2,428 megavatios (MW), frente a una demanda estimada de 3,180 MW. Esto deja un déficit de 752 MW, que durante el “horario pico” -la tarde-noche, cuando la demanda es más alta- se traducirá en una afectación real de 822 MW, lo que provocará apagones en más de un cuarto del país.
Este déficit de generación no es nuevo, pero ha alcanzado niveles críticos, con un pico de afectación del 45% en febrero. La situación está causando un impacto considerable en todos los sectores de la economía, que en 2023 se contrajo un 1.9%, según datos oficiales. Las continuas interrupciones en el suministro eléctrico también han aumentado el descontento social.
Para intentar mitigar el colapso energético, el Gobierno cubano ha alquilado varias centrales eléctricas flotantes, una solución temporal que permite añadir capacidad de generación. No obstante, esta medida ha sido criticada por su alto costo y su impacto ambiental, ya que no aborda el problema estructural de la red energética cubana, cuya infraestructura es obsoleta después de más de cuatro décadas sin el mantenimiento adecuado.
Impacto en la economía y la sociedad
Los apagones recurrentes no solo afectan a la industria y el comercio, sino también a los hogares, exacerbando las dificultades en un país que ha estado sumido en una crisis económica durante los últimos cuatro años. Este escenario ha impulsado el malestar social, que se reflejó en las protestas antigubernamentales más grandes en décadas el 11 de julio de 2021, así como en manifestaciones más recientes, como las ocurridas el 17 de marzo de este año en Santiago de Cuba y otras localidades.
El estado del sistema eléctrico cubano es precario. Las siete centrales termoeléctricas principales del país han superado los 40 años de funcionamiento, sin que se haya realizado el nivel de inversiones y mantenimiento necesario para garantizar su eficiencia. Las frecuentes averías en estas instalaciones son una muestra de la crisis que se vive en el sector energético, agravada por la falta crónica de combustible.
Con una demanda de electricidad que supera la capacidad de generación disponible, Cuba se enfrenta a un futuro incierto en términos energéticos. La solución a largo plazo requiere reformas estructurales y un enfoque en la modernización de la red eléctrica, algo que hasta ahora no ha sido abordado de manera efectiva.
