jueves 28, marzo 2024

Mirada histórica y geopolítica de la República Dominicana

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El geopolítico estadounidense Immanuel Wallerstein argumentó que la supremacía occidental en todo el orbe se denominó la “teoría de los ciclos hegemónicos” de las potencias europeas porque marca el arribo y establecimiento de los europeos en América, desde el 12 de octubre de 1492, como inicio de ese siglo histórico.

Esta teoría tiene en las navegaciones de altura a los “pioneros ibéricos”, españoles y portugueses, que con sus hazañas, en océanos y mares ignotos, dieron un giro copernicano a la historia universal, iniciando el proceso que conocemos hoy como modernidad y en el cual tuvo su primera andadura la globalización.

Este megaproceso social, económico y político tiene su génesis en la isla Hispaniola, con los súbditos de la Reina Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, la llegada del navegante genovés Cristóbal Colón, al servicio de los Reyes Católicos, a la zona norte de la precitada isla para crear el primer asentamiento europeo, La Isabela, en lo que hoy conocemos como el continente americano; y la posterior fundación de la ciudad de Santo Domingo en la desembocadura del río Ozama. Con la creación de ciudades como Santo Domingo de Guzmán, por Nicolás de Ovando, tenemos la proyección del mundo europeo en ese eje virtuoso conocido como transatlántico.

Es desde la ciudad de Santo Domingo de Guzmán que se crearon las bases para una serie de acciones de repercusión o impacto universal; la historia, aunque siempre es una construcción colectiva, deja un espacio especial a esos seres humanos cuya existencia tuvo incidencia en magnos eventos que marcan un hito en el devenir de los tiempos.

Uno de los personajes imprescindibles para conocer el mundo del cual hemos hecho alusión fue Hernán Cortés, el conquistador del imperio azteca que llegó a La Hispaniola en 1504, fue nombrado en la provincia de Azua de Compostela, desde donde partió a Cuba acompañando a Diego Velázquez en la conquista de esa isla.

Fray Antonio de Montesinos fue el clérigo franciscano que pronunciara el Sermón de Adviento, en el cual criticaba las encomiendas y la forma cruel que se trataba a los aborígenes. En dicho sermón se encontraba presente un encomendero de la villa de La Vega Real, quien luego se convirtió en el defensor de los indígenas, fray Bartolomé de las Casas.

Asimismo, ese referido sermón, junto al deseo en ese sentido expresado en su testamento por la Reina Isabel La Católica, generó un ambiente para la creación de las Leyes de Burgos y las discusiones del “Ius Gentium”, en la Universidad de Salamanca con fray Francisco de Vitoria; forman las bases de lo que hoy conocemos como Derecho Internacional y los Derechos Humanos.

El primer visitante de América no nacido en España, exceptuando a Cristóbal Colón, fue Michelle da Cuneo, oriundo de Savona, Italia, hijo de una rica familia de comerciantes e impresores; como amigo personal del almirante genovés vino en el segundo viaje en 1493-1496 sin función alguna, es decir, que podría ser considerado el primer turista; Colón le regaló la isla Adamanay o isla Saona.

La primera mestiza de América, fruto de un amor contrariado de Hernando Guevara con Higüemota, hija de Anacaona y de Caonabo, fue Mencía, quien se casó con el cacique Guarocuya, también conocido como Enriquillo; ambos fueron educados por los españoles.

Juan Ponce de León, descendiente directo del rey Alfonso IX de Castilla, paje de Fernando El Católico y quien estuvo presente en la toma de Granada  por los Reyes Católicos, llegó a la isla de Santo Domingo en 1504; el gobernador de la Hispaniola, Nicolás de Ovando, le encargó la pacificación de la zona de Higuey, donde aún se conserva su residencia como museo. Desde allí partió a Puerto Rico, donde fue su gobernador y luego sería el primer español en llegar a la península de la Florida, el 27 de marzo de 1513.

Junto a Ponce de León vino Juan Garrido, negro bereber, musulmán, que fue hecho preso por los portugueses y llevado a Portugal, donde luego de convertirse al cristianismo es hecho libre; posteriormente va al reino español, donde participó en la toma de Granada y acompaña a Ponce de León en el descubrimiento de la Florida; después zarpa junto con Henán Cortés a la conquista del imperio azteca.

A partir de la expedición del navegante portugués Fernando de Magallanes, con el auspicio de Carlos I de España, que llevó a los españoles a Filipinas y a las islas Molucas o de las Especias y que con Juan Sebastián Elcano se hiciera la primera circunnavegación del planeta, se estableció con el asistente de Elcano, Andrés de Urdaneta, la ruta que permitía el regreso desde Filipinas hasta el virreinato de la Nueva España, hoy México.

En la ruta conocida como el galeón de Manila o galeón de Acapulco, establecida por el marinero vasco Andrés de Urdaneta, se logró la conexión de la dinastía Ming con el imperio español; esta prueba inequívoca del proceso de globalización comercial la tenemos en el Museo de las Atarazanas en la ciudad de Santo Domingo con porcelanas de la dinastía Ming, rescatadas del naufragio en la costa norte de la isla de Santo Domingo, en el Banco de la Plata, del buque Nuestra Señora de la Concepción.

Sin lugar a dudas, es desde la llegada de los españoles a Quisqueya, luego llamada Santo Domingo, el 5 de diciembre de 1492, que se inicia el proceso conocido como la modernidad, la cual abre el espacio a la hegemonía occidental en todo el planeta y al proceso que conocemos como globalización.

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