Un estudio internacional realizado por científicos del University College de Londres, la Universidad George Washington, la Universidad de Colorado en Boulder y el Instituto Ambiental de Estocolmo, publicado en la revista Science Advances, reveló que todas las etapas del ciclo de vida del petróleo y el gas generan contaminantes atmosféricos que afectan directamente la salud pública.
Los investigadores encontraron que estas emisiones están vinculadas con 91,000 muertes prematuras, más de 10,000 nacimientos prematuros y 216,000 nuevos casos de asma infantil cada año en Estados Unidos.
Impactos desiguales en comunidades minoritarias
El estudio señala que los efectos de la contaminación no se distribuyen de manera equitativa.
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Poblaciones negras y asiáticas son las más afectadas por las emisiones de procesamiento, refinación y distribución.
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Comunidades indígenas e hispanas sufren más los efectos de la exploración, extracción y transporte de hidrocarburos.
Además, las actividades de refinación y procesamiento —aunque generan menos contaminación que otras fases— concentran impactos desproporcionados en áreas de mayoría negra, como el sur de Luisiana y el este de Texas.
Consecuencias a largo plazo
Los científicos advierten que la exposición prolongada a los contaminantes de la industria puede provocar:
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Muerte prematura.
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Nacimientos prematuros.
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Asma infantil y adulta.
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Cánceres de inicio temprano.
Según el informe, 20% de los nacimientos prematuros y muertes de adultos están relacionados con la contaminación por partículas finas generadas por petróleo y gas, mientras que 90% de los nuevos casos de asma infantil vinculados al dióxido de nitrógeno se atribuyen directamente a esta industria.
El análisis muestra que los residentes de Texas y California cargan con el mayor peso sanitario en casi todas las etapas de producción, desde la exploración hasta el consumo.
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