Los clientes internacionales de Ecoanalítica nos confirman que el ministro de Hacienda, Ingeniero Magín Díaz, viajó la semana pasada a NY y otras plazas financieras internacionales, donde sostuvo reuniones con los principales holders de deuda dominicana. En este roadshow, el ministro estuvo acompañado por JP Morgan, banco que se ha consolidado en las últimas dos décadas como el emisor de referencia de la República Dominicana.
La noticia resulta especialmente relevante porque la emisión se produciría a destiempo. En los últimos cinco años, la administración había limitado sus emisiones externas al primer trimestre del año, generando cierta previsibilidad. Que esta operación no estuviera en el radar de los inversionistas sugiere que el ministro Díaz está midiendo condiciones y apetito de mercado antes de formalizar el anuncio. De hecho, tenemos entendido que el resultado de las reuniones con los principales tenedores de deuda fue positivo, lo que refuerza nuestra expectativa de que una emisión de deuda externa podría concretarse en los próximos días o semanas.
En la reformulación del Presupuesto 2025, el Congreso Nacional aprobó una ampliación del endeudamiento que autoriza al Gobierno a colocar hasta RD$361,618 millones (≈USD 6,100 millones) en bonos soberanos. Al cierre de agosto ya se habían realizado desembolsos de créditos por RD$242,200 millones, quedando un remanente disponible de RD$119,466 millones, monto cercano a USD 1,900 millones. Este margen de financiamiento respalda la expectativa de una emisión externa neta de entre USD 1,500 y 1,800 millones a principios de octubre.
Más allá del monto, esta colocación persigue objetivos estratégicos:
1.- Mantener la tendencia a la baja de las tasas de interés, aprovechando un entorno de costos relativamente favorables para mercados emergentes.
2.- Evitar presiones cambiarias, reforzando las reservas internacionales y ampliando la capacidad de intervención del Banco Central (BCRD).
3.- Expandir el gasto público, preferiblemente en inversión de capital, con un impacto limitado en la actividad económica este año, pero con capacidad de impulsar de manera más significativa el crecimiento hacia 2026.
Sin embargo, el recurso recurrente a los mercados externos refleja también un patrón de dependencia creciente del endeudamiento, que pospone decisiones estructurales. En Ecoanalítica reiteramos que no esperamos una reforma fiscal integral y profunda con la actual administración. De producirse alguna medida fiscal, sería una iniciativa aislada y con alcance limitado.
En el plano institucional, vale destacar que el nombramiento del Ingeniero Magín Díaz al frente del Ministerio de Hacienda no ha estado acompañado de cambios relevantes en posiciones claves, como la Dirección de Presupuesto o la Dirección General de Impuestos Internos (DGII). Estas son áreas críticas que deberían estar bajo el control directo del ministro en caso de impulsar medidas de orden fiscal.
De cara a los próximos meses, esta operación no sustituiría la emisión prevista para el primer trimestre de 2026, sino que funcionaría como un puente de financiamiento para administrar el flujo de caja y mantener la estabilidad financiera. El éxito de esta estrategia dependerá en buena medida de la confianza de los inversionistas internacionales y de la capacidad del Gobierno para sostener credibilidad sin una reforma fiscal de fondo.

