Scotiabank ha comprometido US$350,000 millones a nivel global hasta 2030 para financiar proyectos vinculados a la transición energética, con un enfoque creciente en América Latina y el Caribe, donde el banco tiene presencia directa en países como México, Perú, Brasil, Jamaica y República Dominicana.
La información fue ofrecida por Gonzalo Gil, CEO de Scotiabank para América Latina y el Caribe, durante su participación en el panel “Desafíos y oportunidades en la transición energética en América Latina y el Caribe”, realizado en el marco del III Congreso Latinoamericano de Banca Sostenible e Inclusiva, organizado por la Asociación de Bancos Múltiples de República Dominicana (ABA) y Felaban.
“Desde Scotiabank a nivel global, hemos aprobado 350,000 millones de dólares para canalizar justamente todos los temas de impacto climático y transición energética hasta 2030. Eso es súper positivo”, afirmó Gil, al destacar la creación de un marco estructurado para definir proyectos elegibles, hacer seguimiento y catalizar resultados reales.
En 2024, explicó, el banco ha canalizado US$40,000 millones dentro de ese programa marco, con una estrategia que busca acercar su plataforma financiera global a los mercados locales de la región.

Compromiso regional y proyectos en el Caribe
Scotiabank ha estado activo en el financiamiento de proyectos eólicos en Jamaica y parques solares en República Dominicana. “Estamos innovando también en nuevas tecnologías como almacenamiento energético e hidrógeno verde. Estamos iniciando un proyecto muy interesante en esa línea”, agregó Gil.
Además, la entidad ha colaborado con gobiernos en diseño estructural para impulsar energías renovables, como en Argentina, donde se lograron levantar 2,400 MW en energía solar.
Alineación entre banca pública y privada
Durante el panel, se destacó el ambiente de cooperación entre sectores. Gil resaltó que la región ya ha comenzado a hablar “el mismo lenguaje” entre los sectores público y privado, con una base sentada para avanzar en soluciones energéticas sostenibles.
“Esto no es una competencia, sino una colaboración. No se trata de quién gana, sino de cómo todos contribuimos a una transición energética segura y sostenible”, expresó, refiriéndose a una especie de “competencia colaborativa” entre instituciones financieras.
Su intervención fue complementada por Frida Ruiz, quien compartió su visión desde la banca comercial sobre el creciente apetito por financiar proyectos de energía renovable en República Dominicana, respaldando la visión del ministro de Energía y Minas sobre los avances regulatorios y el rol del financiamiento privado.
Perspectiva estructural de largo plazo
El banco también participa en créditos sindicados junto a actores como Banreservas y otros bancos locales, con la intención de democratizar el acceso al financiamiento climático.
“Desde la banca de inversión global y el equipo especializado en América Latina, queremos traer esa potencia de nuestra plataforma a estos mercados”, concluyó Gil, dejando clara la intención de que la transición energética en la región no solo sea viable, sino inclusiva y accesible para todos los actores involucrados.