EHPLUS, QUITO. – La industria del petróleo y gas afronta un “mar tormentoso”, reflejado en desafíos para adaptarse a la transición energética, que ha cambiado de ritmo pero no de rumbo, aseguró este martes Carlos Garibaldi, secretario ejecutivo de la Asociación de Empresas de Petróleo, Gas y Energía Renovable de América Latina y el Caribe (ARPEL).
Garibaldi, que participa en Ecuador en la decimoséptima edición del Encuentro Anual de Energía y Petróleo (ENAEP), indicó que el sector afronta desafíos compuestos por la sensibilidad social hacia el cambio climático, y las presiones de precios más accesibles para las energías renovables, que compiten con los hidrocarburos.
Más allá de la incertidumbre que causa la volatilidad de precios, hay ahora irrupciones, como la invasión rusa a Ucrania, que “altera el balance y el punto de equilibrio entre seguridad energética y transición energética”, dijo el argentino Garibaldi en entrevista con EFE.
“Al mar tormentoso hay que navegarlo. Tenemos que limpiar nuestras operaciones, ir absorbiendo nuevas tecnologías, extrapolar nuestras competencias a muchas formas de energía renovable y adquirir las competencias necesarias para otras formas”, anotó el experto con más de cuatro décadas en el sector.
CAMBIOS DE RITMO, PERO NO DE RUMBO
Con la situación entre Rusia y Ucrania, se ha puesto énfasis a la seguridad energética, y “mucha gente pensó que la transición energética se dejaba de lado, pero no es una dicotomía. Lo que ha pasado con la crisis que tenemos este momento es que se cambia el ritmo, pero no el rumbo de la transición energética”, dijo.
Aunque la transición energética “se ha ralentizado un poquito”, es insoslayable y cada país avanza a su ritmo, conforme a su realidad, señaló.
“Latinoamérica y el Caribe -dijo- es una región ecléctica. Algunos están más expuestos al cambio climático que otros” y, además, “cada país va a tratar de usufructuar sus ventajas competitivas”.
OPORTUNIDADES Y DESAFÍOS
Para Garibaldi, la crisis de seguridad energética provoca “una oportunidad única de llenar esa brecha en un marco de precios altos favorables. Los países productores de la región tienen la oportunidad de exportar a precios favorables”.
Al mismo tiempo, se puede descarbonizar las operaciones, priorizar el gas sobre el petróleo como combustible más limpio”, aprovechar competencias propias de la industria del petróleo y gas que se pueden extrapolar a la geotermia, y a la captura y almacenamiento subterráneo de carbonos, agregó.
Asimismo, como industria, se puede aprovechar la oportunidad de aprender y absorber otras competencias que le sirvan para transformarse, en el largo plazo, “de empresas de hidrocarburos en empresas de energía”.
Y en cuanto a la transición desde el sector oficial, señaló que deben tener políticas de Estado, definir protección a la población ante el cambio climático, así como favorecer la innovación y la inversión.
Sin embargo, para que esto se realice se requiere seguridad jurídica, estabilidad contractual y tener un plan macro de cómo va a ser la transición energética de cada país, más allá de los vaivenes electorales.
“ENERGÍA MÁS CARA”
En cualquier escenario de descarbonización, el petróleo y gas “son indispensables y forman parte de la matriz pues es una transición que va a llevar décadas, no un reemplazo automático”, dijo al recordar que, al momento y a nivel global, los hidrocarburos proveen el 65 % de la matriz energética”.
Y “si las cosas siguen como están ahora, van a llegar al 50 % para 2050 y, en el escenario más agresivo de carbono neto cero, llegaría al 25 %, pero nunca llega a cero en 2050”, aclaró.
Sobre el mercado petrolero recordó que siempre han tenido volatilidad de precios y, “a veces se confunde el ruido con la señal”, lo que extrapoló al caso de Rusia y Ucrania, que “comenzó como un incidente que podía haber sido coyuntural, podía haber sido ruido, pero como ha perdurado en el tiempo, se ha transformado en estructural”.
Aunque evita hablar de geopolítica y predecir precios, advierte que el mundo tiene que prepararse “para una energía más cara”, por lo que considera que se debe optimizar el consumo y educar a la población, entre otras medidas.