EHPLUS, SANTO DOMINGO.- Un informe alarmante presentado en Ginebra por la Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH) y varias entidades locales ha puesto en la mira a la central termoeléctrica Punta Catalina, la más grande de República Dominicana. Según el estudio, las emisiones de cenizas de carbón y gases tóxicos de la planta podrían ser responsables de hasta 6,000 muertes prematuras en los próximos 30 años.
La central, que ha estado operando durante tres años, ha sido objeto de controversia debido a sus impactos ambientales y en la salud. La FIDH y las organizaciones locales piden el cierre anticipado de Punta Catalina, que tiene una vida útil planeada de 30 años. El informe señala que los daños ambientales también se sienten en Haití, Cuba y Jamaica.
Jimena Reyes, directora de la FIDH para las Américas, explicó que el objetivo es lograr que el Gobierno dominicano cierre la central antes de 2028. Sin embargo, un cierre inmediato se considera inviable ya que un tercio del suministro eléctrico nacional depende de Punta Catalina.
El informe se basa en un estudio de 2022 realizado por organizaciones dominicanas con el asesoramiento de la Universidad estadounidense de Duke. El estudio alertó que las emisiones de gases tóxicos superan en tres veces los niveles permitidos en Europa, y la cantidad de cenizas de carbón producidas rondaría las 200,000 toneladas al año.
Además de los peligros locales, las cenizas y los gases también afectarían a Haití, Cuba y Jamaica, poniendo en riesgo el acceso al agua potable y la salud de los habitantes.
Este informe acusa al Estado dominicano de violar los derechos de los niños y niñas en la República Dominicana, Haití, Cuba y Jamaica al no tomar medidas para prevenir y remediar los daños causados por la operación de la central.
La central de Punta Catalina, destinada a ser una solución a los apagones en la República Dominicana, ha sido objeto de controversia desde su construcción y también se vio envuelta en acusaciones de corrupción. La empresa responsable de la central rechazó las críticas y argumentó que el tratamiento de la ceniza generada por la quema de carbón había sido valorado positivamente por consultoras especializadas.
Con información de El País
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