El sector energético nacional enfrenta desafíos significativos en relación con la eficiencia de la distribución y comercialización de energía eléctrica, según revela el último Boletín de Distribución y Comercialización de Energía emitido por el Ministerio de Energía y Minas. Este informe destaca un aumento en las pérdidas de energía, así como cambios en los indicadores de gestión clave que impactan en la operatividad del sistema eléctrico.
El Índice de Cobranza, que mide la eficiencia en la recuperación de ingresos por venta de energía, experimentó un incremento del 2.0%, pasando de 93.8% en febrero de 2023 a 95.7% en febrero de 2024. A pesar de este aumento en la cobranza, otros indicadores muestran un panorama menos favorable.
En cuanto al Índice de Recuperación de Energía (ERI), se observa una reducción del 3.6%, disminuyendo del 63.0% en febrero de 2023 al 60.7% en febrero de 2024. Esta disminución refleja una menor proporción de energía cobrada en relación con la energía comprada. Similarmente, el Índice de Recuperación de Efectivo (CRI) también muestra una reducción del 3.5%, descendiendo al 60.6% en febrero de 2024 desde el 63.8% registrado en el mismo período del año anterior.
El indicador más preocupante es el de Pérdidas de Energía, que alcanzó un preocupante 36.6% en febrero de 2024, lo que representa un aumento significativo del 11.0% con respecto a febrero de 2023. Este aumento en las pérdidas de energía se atribuye principalmente a la expansión y diversificación de la economía, las altas temperaturas persistentes en el país y la decisión del gobierno de garantizar un suministro eléctrico casi constante para el 98% de la población.
El análisis de los indicadores de gestión del sector energético pone de manifiesto la necesidad de abordar de manera urgente el problema de las pérdidas de energía eléctrica.
Si bien se observa un ligero aumento en la eficiencia de la cobranza, este avance se ve contrarrestado por una disminución en la recuperación de energía y un aumento significativo en las pérdidas. Es crucial implementar medidas efectivas para mejorar la eficiencia en la distribución y comercialización de energía a fin de garantizar un suministro eléctrico estable y sostenible para toda la población.
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