EHPLUS, SANTO DOMINGO.-La electromovilidad es clave para lograr la meta de recluir las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, es necesario ampliar y robustecer las redes eléctricas, para poder asegurar la calidad y la confiabilidad del suministro eléctrico.
Así lo planteó el presidente de la Asociación Iberoamericana de Derecho de la Energía (ASIDE), William Villalobos, quien afirmó que para lograr que los procesos de transformación y transición hacia los carros y buses eléctricos, de debe contar con la infraestructura y las redes eléctricas necesarias para asegurar que ese proceso de transición hacia la movilidad sostenible sea eficiente.
Según un estudio de la Agencia Nacional de Energía publicado el pasado martes, para poder cumplir con las metas de descarbonización al 2040, será necesaria la sustitución de 80 millones de kilómetros de red eléctrica.
“Para evitar que las redes se sobrecarguen y se pueda garantizar el abastecimiento de la demanda, las empresas eléctricas deben velar para que las redes eléctricas tengan las condiciones que se requieren para esta transición. Además, tienen que hacer un análisis que determine si las condiciones tarifarias aseguran la justa retribución económica para los prestatarios de servicios”, dijo Villalobos.
Asimismo, destacó que el sector bancario también se debe sumar, con miras a que los inversionistas puedan acceder a condiciones de financiamiento verde, que permita la realización de los proyectos, sin dejar de lado el componente legal que tiene que ver con los contratos de concepción, ya que es necesario que estos se ajusten a los plazos de retorno de las inversiones, para dar seguridad jurídica, no solo a los prestatarios de servicios, sino también a quienes financian los proyectos.
El presidente de ASIDE señaló que, aunque los países de Latinoamérica y Centroamérica están realizando importantes esfuerzos para sumar más unidades eléctricas a su parque vehicular, hace falta mayores incentivos fiscales que hagan esos proyectos más atractivos.
“Pero hay otro factor que tiene que ver con las redes eléctricas, ya que muchos países hemos tenido retrasos importantes en las inversiones a nivel de redes eléctricas, las cuales juegan un papel vital, porque de nada vale que un operar de un servicio público de transporte desee sustituir su flota vehicular, si estas redes no cuentan con las condiciones idóneas para suplir la demanda energética que estas requieren”, subrayó Villalobos.
En cuanto al rol de la minería en el desarrollo de la movilidad eléctrica, el presidente de ASIDE considera que esta es vital para, ya que es la base de la transición energética.
Entiende que, al momento de hablar de la movilidad eléctrica, es importante pensar en la industria extractiva, como la que extrae el litio, ya que América Latina y el Caribe, alberga el 51% de las reservas de este mineral, lo que obliga a esta industria a replantearse sus procesos, con el objetivo de hacer estos procesos de forma responsable, ya que esto permitirá que la fabricación de baterías de litio para los vehículos eléctricos vaya de la mano con ese desarrollo que de busca lograr.
Villalobos también destacó los esfuerzos que están haciendo los países de la región para aumentar la participación de las energías renovables en su matriz de generación. “Ahora tenemos condiciones de mercado que nos ayudan a fomentar la energía eólica y la fotovoltaica, ya que son energías de muy bajo costo de generación”, agregó.
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