EHPLUS.-Extrapolando a la materia regulatoria el principio de Peters, muchos coincidimos en que las normas al igual que casi todas las creaciones humanas, acceden eventualmente a un profundo nivel de ineficiencia.
Por ello, uno de los principales deberes de los tomadores de decisiones ya sea del sector privado o público, es mantener en constante autoevaluación tanto a su equipo como a sus procesos.
Se constituye casi como axiomático aquello de que lo que no se mide no se mejora. Precisamente aquí estriba la pertinencia de la revisión de la Ley que tiene por objetivo modificar de forma integral, la vida orgánica del sector de los Hidrocarburos en nuestro país.
Dado el crecimiento sostenido que exhibe el mercado de los derivados del petróleo desde la promulgación hace ya dos décadas del esquema normativo actual, así como su indetenible interconexión con los mercados internacionales, pareciera que el marco que tutela todo el sector de los combustibles luce exhausto en lo referido al proceso del cálculo del precio semanal de los combustibles; bajo esta lógica, el Gobierno dominicano ha propuesto a través de nuevos elementos, segmentar los componentes de la metodología de la determinación semanal del valor de venta al público; se trata de simplificar con el objeto de hacerlo más entendible, las variables que intervienen en la formación de los precios de los combustibles.
De la propuesta depositado en el Congreso Nacional, se destacan que en lo sucesivo serán trece elementos a ponderar para la determinación del precio paridad de importación (PPI). Con singular intensidad se puede relievar el nuevo elemento de la cobertura financiera (Hedge), un seguro o herramienta financiera que tendrá a disposición el gobierno para eventualmente neutralizar, cualquier movimiento abrupto del mercado; así mismo, se propone eliminar del proceso de determinación del PPI, el elemento denominado Otros Costos.
En adición a lo previo, el proyecto depositado en la cámara alta pone sobre la mesa de discusión nacional a modo de propuesta, los umbrales de compensación para los actores de la cadena de comercialización de los combustibles, es decir la contraprestación o margen de cada uno de los tramos que intervienen en el negocio de los hidrocarburos.
La propuesta de reforma establece de manera específica, que la retribución de dichas actividades comerciales sea consecuencia de un método auditable para, entre otras cosas, llevar certidumbre a la población de que los valores de la retribución de cada segmento del negocio de los combustibles sean los adecuados, los pertinentes.
Con ello se pretende abolir la discrecionalidad de asignación que imperó por décadas.
En otro orden, la propuesta apuesta por la consolidación de cinco sistemas tecnológicos que permitirán un salto cualitativo en la dirección de robustecer la supervisión y tutela sectorial, siendo el primero de estos un Sistema de Cálculo Automatizado de los precios; el segundo, un Sistema de Monitoreo Automatizado del Abastecimiento de combustibles en el país.
En tercer orden, se propone un Sistema Geo-referenciado de todas las estaciones de expendio del país con su debida incorporación del régimen de distancia aplicable a cada una de ellas y cuarto, un Sistema de Trazabilidad y Calidad de los combustibles.
Por último, un Sistema de Monitoreo de Materias Primas del mercado internacional. En adición a lo anterior, se propone constituir con carácter de ley, el fondo de estabilización y compensación de los combustibles, procurando destinar de manera efectiva y certera, recursos específicos, para cuando se presenten escenarios de marcada volatilidad en los mercados internacionales de hidrocarburos.
Con ello, el Estado dispondrá de mecanismos para traspasar en la menor medida posible, las apreciaciones que impongan las revalorizaciones exógenas.
Se trata pues de una iniciativa que, apuesta al reordenamiento del sector de los derivados de Petróleo, tomando distancia de la discrecionalidad y apostando por la modernidad, la transparencia y la institucionalidad, construyendo así un sector de los combustibles para el futuro y esto en gran medida inicia con la reorganización sectorial.
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