La ubicación tropical de la República Dominicana posiciona al país como un candidato ideal para la explotación de fuentes de energías renovables no convencionales, como la energía eólica y la solar fotovoltaica. Estas conclusiones surgen del reciente «Monitor Energético» elaborado por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo. El informe destaca cómo la combinación de condiciones geográficas favorables y una visión estratégica del gobierno dominicano ha sido fundamental para la transformación energética del país.
El informe subraya los avances significativos en tecnología solar fotovoltaica. Se han logrado mejoras en la eficiencia, desarrollo de paneles flexibles, sistemas de almacenamiento de energía optimizados, seguidores o trackers, así como en soluciones inteligentes de monitoreo y control. También se han implementado sistemas solares flotantes en cuerpos de agua, lo que representa un avance innovador en la utilización del espacio para la generación de energía.
En cuanto a la tecnología eólica, los avances incluyen diseños más aerodinámicos, palas de mayor longitud, y sistemas de seguimiento mejorados. La capacidad instalada global de energía eólica en tierra (onshore) en República Dominicana ha crecido notablemente, pasando de 178 gigavatios en el 2010 a 837 gigavatios en el 2022, según las cifras publicadas por la International Renewable Energy Agency (Irena).
Proyectos en construcción
El informe también destaca que 1,370 megavatios de proyectos basados en energías renovables están en proceso de avance o cerca de finalizar su construcción en la República Dominicana. Estos proyectos están programados para entrar en operación comercial entre el 2024 y el 2025, contribuyendo al cumplimiento de la meta establecida en la Ley 57-07 sobre incentivo al desarrollo de fuentes renovables de energía, que busca que el 25 % de las necesidades energéticas del país provengan de fuentes renovables para el 2025.
Entre el 2019 y el 2023, la inversión en proyectos renovables alcanzó aproximadamente US$1,144 millones. De esta suma, el 64 % fue financiado por la banca local, mientras que el 36 % restante provino de bancos, instituciones u organismos internacionales. Esta inversión refleja el creciente interés y compromiso con el desarrollo de fuentes de energía sostenibles en el país.
