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lunes 29, abril 2024

El transporte como protagonista fundamental en nuestras vidas

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El transporte, tanto de personas como de bienes y mercancías, a través de mar, aire y tierra, es un protagonista constante y fundamental en nuestras vidas; periódicos, revistas y programas de todo tipo tocan el tema diariamente, en sus diferentes aristas.

Esta importancia no es solo local sino de carácter mundial; todo el comercio de bienes tangibles, quizás con la sola excepción de los bienes digitales, depende de manera directa de la capacidad de las empresas de enviar o «transportar» esta mercancía desde el punto de fabricación (o de cosecha) hasta el cliente, y nos hacemos conscientes de esto, sobre todo ante alguna interrupción a lo largo de la cadena logística, como ha sucedido en años recientes a raíz de la pandemia de Covid 19.

La comercialización de los combustibles, al igual que cualquier otra mercancía, no escapa a esta realidad tanto en el contexto internacional, necesario para llegar a nuestro país, como en el interno, necesario para llevar desde las terminales de refinación y almacenamiento hasta los puntos de venta o consumo de los clientes finales.

En relación a la importación, es decir la llegada desde el exterior tanto de producto terminado, como de crudos ligeros para su procesamiento, esta se realiza en un 100 % a través de terminales marítimas, entre las que podemos citar: la Terminal Refinería Dominicana de Petróleo-Haina / Nigua, Terminal Refidomsa Pueblo Viejo de Azua (GLP), Terminal Interquímica-Muelle Haina Oriental, Terminal Blue Port-Torrecilla, Terminal Cogentrix-San Pedro de Macorís, Terminal Coastal-SPM, Terminal AES-Andrés Boca Chica, Costa Sur-Central Romana-La Romana, y otras terminales o punto de recepción marinos utilizadas por empresas de generación para la importación de combustibles, destacando que las terminales mencionadas manejan diferentes productos según la naturaleza e interés del importador.

A partir de estas terminales de importación los diversos productos son enviados hacia sus lugares de consumo a través de diferentes métodos, el más común, al menos en frecuencia, es el transporte terrestre utilizando camiones tanque, sobre los que ampliaremos un poco más adelante, luego de tratar otros métodos de transporte, como el transporte vía marítima-barcazas, hacia unidades de generación eléctrica que se encuentran en algunos ríos y espacios costeros, por ejemplo, Río Ozama, Higüamo, entre otras localidades.

Podemos también destacar, sobre todo para gas natural, los dos gasoductos existentes, que se extienden desde la terminal de AES en Andrés Boca Chica hasta el parque de generación de Los Mina, y otro en dirección este, hasta diversas generadoras en las inmediaciones de San Pedro de Macorís, de construcción relativamente reciente, y que permitió la conversión de varias empresas de generación de electricidad al uso de gas natural.

Otra excepción importante, y de bastante antigüedad, es el oleoducto construido y utilizado por Falcondo, que va desde las inmediaciones del Río Haina, hasta las instalaciones de dicha empresa en la provincia Monseñor Nouel.

Aparte, Refidomsa opera una línea de transporte de producto desde su terminal de recepción, y quizás podemos ver algunos ejemplos más pequeños, que van desde los lugares de acople de los barcos, hasta las terminales que suplen, pero sin duda es un área de relativamente poco desarrollo, sobre todo en el caso de productos líquidos.

Esto nos conduce a retomar los comentarios en torno al método por excelencia para el transporte de combustibles en nuestro país, el transporte terrestre vía camiones tanque, o tanqueros.

Esta actividad comprende el movimiento de combustibles líquidos tradicionales (gasolinas, diesel, fuel oil), GLP, gas natural (líquido y gaseoso), jet fuel, y otros, a través de nuestras carreteras, utilizando camiones tanque, tanto articulados como rígidos, en cantidades que van desde pocos cientos hasta 57.000 litros (15.000 galones) en el caso de los más grandes.

Esta labor está regida fundamentalmente por la Ley 63-17, sobre Tránsito, Transporte y Seguridad Vial, en términos generales, fiscalizada por Intrant, así como de manera específica por el Ministerio de Industria Comercio y Mypimes, través de la Ley 112-00 Ley de Hidrocarburos, decretos del Poder Ejecutivo (ejemplo 307-01 y 307-22) y diversas resoluciones elaboradas por el MICM.

Estas leyes, en conjunto con los decretos del Poder Ejecutivo, y las resoluciones del MICM, crean la base de operación de estos camiones, a destacar la edad máxima de los mismos (ejemplo 30 años), las capacidades máximas, marco impositivo, régimen de responsabilidades, regulación y autorización de circulación.

La actividad, en el pasado, por decisión de los gobiernos de la época, estuvo en manos independientes en un 100 % de las empresas distribuidoras, sin embargo, esta realidad cambia a raíz de la reforma que se realiza al sector por la Ley 112-00, con la posibilidad de que empresas distribuidoras, empresas generadoras, etc., puedan tener propiedad y operar unidades de transporte de combustible.

Hoy día el parque vehicular en uso debe rondar en unas 1.200 unidades registradas, tomando en cuenta todas las capacidades y combustibles, y se destacan por sobre todo las unidades propias de empresas distribuidoras.

Cientos de hombres, y algunas mujeres que se van introduciendo, participan en esta actividad, vital para los intereses del comercio y de todo el país, en una labor constante… que no paró ni siquiera en los días más complicados de la pandemia… Sigamos adelante…

BIOGRAFÍA: Miguel René de la Cruz

Ingeniero en Sistemas. Maestro en Alta Gerencia, posgrado en Mercadeo, 27 años en el sector hidrocarburos. Catedrático universitario. Director Corporativo en United Petroleum Grupo Haina. Articulista especializado para el sector hidrocarburos, además presidente de la Asociación Dominicana de Empresas de la Industria del Combustible (Adeic).

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